Por qué todos deberíamos hablar de desarrollo personal

Qué entiendo por desarrollo personal

Para empezar esta publicación, debo clarificar primero qué entiendo por desarrollo personal.

Cuando hablo de desarrollo personal, me refiero a todo lo que nos ayuda a crecer como personas. Puede ser en el plano emocional, mental, físico, espiritual o intelectual. No lo veo como una categoría aparte de la vida profesional, sino como una base que influye en todo: cómo pensamos, cómo actuamos, cómo trabajamos, cómo nos relacionamos.

Incluso el autoconocimiento puede ser una herramienta clave para tomar mejores decisiones, sentirnos más plenos o tener un mejor desempeño laboral. Para mí, todo eso es desarrollo personal.

¿Autoayuda o ciencia para vivir mejor?

No lo digo solo yo. Estanislao Bachrach, biólogo molecular y divulgador científico, dice que lo que él hace es “autoayuda” bien entendida: aplicar ciencia al crecimiento personal. Técnicas para vivir y trabajar mejor.

Sé que la palabra “autoayuda” tiene una connotación negativa. Muchas veces se asocia con promesas vacías, libros repetitivos o charlas motivacionales que no te dejan nada.

Pero me parece injusto. Porque mejorar también puede ser un proceso individual, autodirigido, sin necesidad de un gurú. Como el autoaprendizaje: nadie dice que esté mal aprender por tu cuenta, ¿no?

Al final, lo que importa es si te ayuda a pensar mejor, a tomar decisiones con más claridad o a vivir de forma más consciente.

Por qué importa hablar de esto

  • ¿Tenés la constancia y disciplina para hacer lo que creés que te acercará a tus objetivos?
  • ¿Sentís que tu mentalidad te acompaña cuando enfrentás desafíos?
  • ¿Sabés qué te motiva, qué te traba, qué necesitás para crecer?
  • ¿Te gustaría vivir con más calma, claridad o intención?

Si alguna de esas preguntas te hace ruido, ya estás hablando de desarrollo personal. Aunque no lo llames así.

Obviamente, no hace falta leer libros para mejorar, crecer o conocernos mejor. Hay muchas formas: aprender con otros, reflexionar, conversar, probar y ajustar.

Creo que todos deberíamos hablar más de estos temas.

Porque mucha gente no accede a ideas que podrían mejorarles la vida, simplemente porque no saben que existen, porque no se los cuestionan, o porque piensan que no tiene sentido intentarlo.

Diferenciar lo que nos sirve

También hay mucho humo, sí. Libros que podrían resumirse en dos páginas, frases que suenan lindas pero no dicen nada, promesas de “éxito” sin esfuerzo.

Pero por eso mismo hace falta una mirada honesta, crítica, realista. Que no venga desde la perfección sino desde la experiencia. Desde el “yo también estoy en ese camino”.

No todos compartimos las mismas creencias.

A veces no necesitamos una verdad absoluta, sino escuchar a alguien que pasó por algo parecido.

Alguien que te cae bien, que piensa como vos, o que trabaja de lo mismo. Capaz justo esa persona encontró una forma de resolver un problema que vos estás atravesando ahora. O te hace ver algo que no habías considerado.

Al menos a mí me pasa. Una charla con un amigo, una escena de una película, una frase en un libro: de ahí puede salir una idea que me cambia el día o me ayuda a tomar una decisión.

También me pasó del otro lado. Compartir algo personal y que alguien me diga que le resonó mucho.

Esa conexión me parece valiosa. Y por eso escribo estas cosas.

Todos tenemos algo para compartir. Y todos podemos nutrirnos de las experiencias, reflexiones y formas de ver el mundo de otros.

Pero al final, el deseo de mejorar y la responsabilidad de actuar sigue siendo personal.

¡Suscribite para recibir mis nuevas publicaciones!

Dejame tu comentario